Cuando se piensa en la palabra ‘Puff’ suele llegar la imagen de una pelota deforme a nuestra memoria. Pero no todas las sillas puff son así. Se le llama puff a toda esa silla moldeable de cualquier material y tamaño donde se puede sentar como uno quiera. También son puffs esos banquitos acolchados y de formas más sólidas. Muy distintos entre sí, comparten la versatilidad del mueble de poder colocarse donde uno lo quiera.
Hay pocos muebles que hacen pensar en dinamismo y juventud como los pufs. Pequeños y de la forma y color que queramos, se ven bien en cualquier lugar donde suelan reunirse estudiantes o jóvenes.
Todo joven adulto quisiera uno del motivo que más le guste, su cualidad más atractiva es la versatilidad. Pueden no ser sólo cómodos y dar la libertad de sentarse cómo se plazca. Los modelos más sólidos que pueden funcionar como espacio de almacenaje también.
Tipos y relleno
Los puff tradicionales constan de dos partes simplemente: tela y relleno. La tela puede ser de casi cualquier material, sólo es recomendable usar una tela gruesa, con bastante aguante y flexibilidad para evitar que se rompa por el uso.
Estos pufs son deformables y no tienen distinción de cuál parte es asiento y soporte. Simplemente se ruedan un poco si queremos moverlos o usar una parte más limpia de éstos. No suelen ser los más limpios, pero son los más sencillos y solicitados para áreas como antesalas de salones de clase, bibliotecas, salas de lectura o patios dónde sentarse y relajarse.
La tela a usar varía desde cuero hasta sábanas. No hay una norma a seguir en cuanto al exterior estos pufs. Sólo debe tener uniones fuertemente cosidas para evitar derrames del relleno.
Hablando del relleno, hay bastante variedad. Hay quien usa granos de frijoles, arroz, aserrín, plumas, algodón, retazos de tela, anime, polietileno variado o poliéster. Los materiales naturales de grano deben ser usados con cuidado y con telas más resistentes, por si acaso atraen plagas o si el material no llegó totalmente desinfectado de pequeños insectos.

El relleno de este puff es muy abundante como podemos ver, porque el paso de la chica no lo deforma hasta llegar al suelo. No es cuestión de haberse rellenado mucho, es considerar también qué forma queramos que tenga.
Las plumas y el algodón pueden resultar muy cómodos, pero no son materiales comúnmente encontrados en pufs de tiendas. Se encuentran presentes normalmente en pufs reciclados o hechos artesanalmente. Lo mismo que los trozos de tela.
El aserrín se utiliza para repeler moscas y pulgas y es usual encontrarlo en los muebles para mascotas, así que si se tiene una mascota es buena idea considerar buscar un puf con este tipo de relleno. Especialmente el aserrín de cedar. Los materiales sintéticos son los más usados para el relleno, por no atraer plagas, y además la probabilidad de que sea material reciclado es alta. El poliéster se deforma rápidamente y suele aparecer la necesidad de abrir el mueble y rellenarlo con nuevo poliéster.
Los pufs ‘sólidos’ son esos que no se deforman prácticamente nada. Son más como banquitos acolchados. Se usan bastante en cafeterías, bares o salones de fiesta.
Su forma varía, pero su única distinción es que no se pueden colocar como uno quiera; tienen base y asiento definidos.
Dónde usarlos
Más que todo se usan en recepciones, áreas abiertas de centros comerciales y salas. Pero también los vemos en bibliotecas, recámaras e incluso discotecas. No son distintivos de ningún estilo, en realidad.

Este modelo es muy popular y normalmente lo encontramos en la habitación de un chico que le gusten los deportes.
Hay una variedad increíble de modelos adaptados a todas las necesidades, y sus telas ayudan a definir dónde colocarlos. Hay algunos con tela especial para exteriores, resistentes al agua, al sol o con tela transpirable para hacerlos igual de cómodos en épocas de calor.
Los pufs sólidos tienen la opción de ser fácilmente almacenables, como en esta fotografía. Puede ir tanto en casa como en un bar, y al poder guardarse debajo pueden usar ese espacio dos o cuatro personas, y al terminar, se guardan nuevamente para salvar espacio.
Otra opción es usar estos de tipo ‘caja’ que pueden almacenar dentro documentos, juguetes, herramientas u objetos que no utilicemos demasiado.
Por lo que vemos que no todos presentan la misma libertad. Aun así, no suelen tener espaldar y podemos decidir hacia dónde sentarnos y a dónde dirigir nuestra mirada.

Aquí hay un ejemplo interesante. Ambos con pufs. Ambos son de cuero. Pero dan impresiones distintas, una más elegante que la otra.
También está la forma de cojín gigante. Más sofisticado que el tradicional.
También podemos ver que algunos tienen soporte o espaldar como cualquier silla. O intentan tenerlo.
Una bonita opción que se ha visto últimamente es crear pufs con materiales reciclados. Ya sea telas viejas y usar un relleno que encontremos en casa, o esta alternativa de usar cauchos viejos.
Como pudimos observar hay de tantos tamaños, formas, rellenos y telas que si pensamos un poco descubriremos que podemos adaptarlo a cualquier parte de nuestro hogar o negocio. Con sólo elegir una forma y una tela que vaya acorde al tema de nuestro diseño, y por supuesto, la regla principal es que sea de nuestro agrado, obtendremos un espacio con este elemento tan de moda integrado a nuestra idea de comodidad, que siempre será bien vista en cualquier parte.