Nos encanta rodearnos de cosas que nos gustan; vestirnos de nuestro color favorito o tener una prenda que aluda a algo de lo que somos fanáticos. Pero tanto en el guardarropa como en la decoración de nuestro hogar tenemos que tener cierto criterio, y éste se hace más estricto y necesario cuando vivimos en un espacio pequeño.
Nuestro hogar puede ser ordenado y estar decorado como si saliera en una revista, pero si hay que caminar uno detrás de otro para no chocar con nada, es momento de pensar en cómo tratar adecuadamente nuestro espacio. Hablaremos de tres cosas a considerar cuando vivimos en un piso pequeño y sacarle el máximo provecho. No son inversiones grandes de tiempo o de dinero, la mayoría podemos hacerlo nosotros mismos con cosas que ya tengamos a la mano.
Maximizar el almacenaje
Hay personas que detestan tener espacios perdidos a la vista, siempre ven un rincón como una oportunidad de tener un mueble más. El vacío entre los estantes de la cocina y el techo, o los centímetros entre la nevera y la pared les parece un desperdicio el no poder utilizarlos.
¡Y tienen razón, aunque algunos les digan exagerados! Esos pequeños espacios hacen la diferencia. Allí se colocan útiles de cocina o ingredientes que no usamos sino en ocasiones especiales, y mantener las gavetas o estantes liberados de útiles de cocina que no necesitamos todos los días… y por tanto encontrar de manera más rápida ese pela-papas escurridizo.
Los estantes pequeños también ayudan a liberar las mesas, el suelo o los cajones. Así, utilizamos las paredes (o en este caso, las esquinas de las paredes) para colocar allí tanto cosas que usemos frecuentemente como adornos que querramos mostrar; velas aromáticas, fotografías de la familia, libros o un frasco con mentas.
Otro espacio donde podemos guardar cosas que no utilicemos todos los días suele encontrarse en todas las casas: Bajo las camas y muebles. Con el simple truco de usar cestas de mimbre o cajas con tapas simples, podemos colocar distintas cosas dependiendo de en qué habitación las ubiquemos. En la sala pueden encontrarse repuestos de pilas, una caja de primeros auxilios, revistas, discos de película o música, o incluso pequeños cojines donde puedan sentarse más personas de no haber suficiente sitio en una reunión con muchas personas.
En las habitaciones bajo las camas o sobre el espacio del clóset, también podemos colocar cestas o cajas. En este caso con objetos de uso personal; cuadernos y respuesto de material escolar, juguetes, prendas que ya no nos queden, zapatos de poco uso y otras cosas que no es necesario tener a la mano siempre.
Sólo hay una condición para mantener el orden con estos trucos: devolver todo a su sitio después de haberlo utilizado. Nuestro hábito se verá reflejado en mesas y topes de cocina vacíos, cosa que siempre ayuda a que se vean mejor.
Trucos de color
Otro aspecto con el que podemos jugar es con la luz y los colores. Un espacio totalmente blanco puede llenarse de vida mediante los colores de los muebles o adornos, alfombra o cuadros en las paredes. El beneficio del blanco es que refleja la luz, y no importa el tamaño o forma del sitio, siempre se verá más grande si usamos ese tono.
A algunos puede parecerles muy aburrido un espacio blanco, pero no podemos agregar color sin pensárnoslo bien. Jugar con un mismo color y variar en los tonos es una jugada ganadora, o usar distintos colores de la misma intensidad (es decir, que compartan la misma cantidad de blanco o de gris). Pero siempre será recomendable utilizar colores claros que ayuden a reflejar la luz.

Aquí un buen ejemplo del uso del blanco: Lo que da vida al espacio es la pintura, los cojines y los adornos coloridos.
Como siempre, la excepción hace la regla. Podemos usar un color muy fuerte y hasta oscuro (por ejemplo, vinotinto) en una sola pared predominante, y en las demás colorearlas de rosa claro, (es decir, el mismo vinotinto pero con más cantidad de blanco) o de blanco. Así nuestra pared oscura tendrá la jerarquía más alta, con el foco de atención principal. No será opacada ni competirá con las demás, generando un equilibrio agradable a la vista para todos los que se sienten a descansar allí.

Aquí un buen ejemplo del uso del blanco: Lo que da vida al espacio es la pintura, los cojines y los adornos coloridos.
Flexibilidad extrema de los espacios
Se ha hecho nuevamente tendencia el implementar algo más radical a los espacios pequeños: Mesas que se despliegan para el desayuno y se pliegan para liberar espacio. Salas que de noche se convierten en habitación. Esto suele implementarse en lugares muy pequeños o donde viven muchas personas.
Una última alternativa, muy llamativa pero imposible de implementar si el apartamento tiene una altura baja es el funcionamiento de un segundo nivel. No es tan alocado como se escucha, suele ser apenas un medio nivel, suficiente para colocar una cama o un pequeño espacio de trabajo temporal.
Es una instalación muy llamativa para jóvenes solteros o parejas, que permite tener el área pública del apartamento a total disposición de las visitas, y el área privada con una entrada controlada a la que puede añadirse un cerramiento liviano (cortinas o paredes de romanilla) para poder aislarse de lo que pasa afuera.
Este tipo de opción permite que el área pública varíe a como el habitante lo desee, y convertir el espacio en una gran sala de estar o en un comedor para varias familias. Bastante útil para aquellas personas que buscan que en un mismo lugar puedan darse muchas actividades distintas.
Podemos implementar cualquiera de estos trucos en cualquier apartamento pequeño, en menor o mayor medida, para poder dar la sensación de que nuestras habitaciones son amplias, ordenadas, y con mucho de nuestro estilo personal en el color, materiales o formas que usemos en nuestros muebles y adornos.