Una opción fácil y original de personalizar una pared es mediante láminas con texturas, que también pueden tener un color llamativo dado el caso. La pintura lisa es la predilecta para brindarnos la paleta de las habitaciones, pero junto a las láminas, funciona como suplemento y no como protagonista. No sólo este acabado se ve como un decorativo de estilo moderno, también puede ayudar a dar un look victoriano o incluso recordar a los psicodélicos años 80 gracias a algunas texturas en tres dimensiones con espirales y colores fuertes.
Son una opción arriesgada, pero hay maneras de incorporarlos a cualquier lugar para que se vean bien. Pueden ser los protagonistas de una pared de restaurante, el complemento a una habitación matrimonial en casa, un punto focal importante en nuestra sala o recibidor, el trasfondo de una escalera de caracol, o un sencillo adorno sobre la pared del tope de nuestra cocina.
Funcionarán en cualquier lugar, siempre que elijamos el mejor acorde a nuestros gustos y necesidades.
Especificaciones técnicas
Las láminas pueden adherirse a cualquier superficie mediante pegamento de cerámicas, o, de ser muy livianas, con tirro doble faz. Esto las hace muy versátiles y de fácil instalación. Cualquier persona puede colocarlas. Con una sola tarde de trabajo se pueden decorar una o varias paredes, sólo se necesita un nivel para verificar que se están colocando los paneles de manera correcta en nuestra superficie.
Algunas láminas tienen además aislante acústico y térmico. Perfectas para mantener la privacidad entre los espacios continuos. Ya sean habitaciones, espacios de reuniones o un área privada de un comercio.
Pueden ser de varios materiales, hay tanto de plásticos livianos, como yeso o incluso fibra de bambú. Lo que da la opción a encontrar en el mercado láminas biodegradables y ecológicas. Siempre es bueno considerar elementos que ayuden a cuidar al medio ambiente. No siempre son la opción más económica en el mercado, pero el planeta y nuestros futuros hijos lo agradecerán.
También vienen en variedad de tamaños, los hay totalmente cuadrados, y pueden ser de 30 centímetros hasta sesenta centímetros. Otros son rectangulares, éstos pueden variar en proporciones pero no suelen ser muy alargados.

Sin importar sus dimensiones, podemos apreciar que son delgadas. Lo que ayuda también a que sean fáciles de montar.
Otras tienen bordes diseñados para que encajen una junto a la otra y no se distinga dónde termina cada panel. Normalmente estas láminas evocan madera, ladrillos o piedra, y pueden colocarse en paredes de interior como en paredes exteriores.

Con el decorado de lámina de madera, que puede ser plástico o verdadera madera, pero delgada y liviana.
Variedades
Normalmente podemos encontrar todos los colores disponibles en cualquier forma que consigamos. De no venderse las láminas coloreadas, también se puede colorear con brocha, esponja o pintura en aerosol del color que queramos, y añadirle degradados o varios colores en una misma lámina, algo que hará mucho más única la pieza y por tanto el espacio.
Si nos parece muy arriesgado aplicar las láminas en una pared entera, podemos usarlas como si fueran un cuadro. Sencillo y llamativo, será suficiente para que una pared llame la atención. Sólo deben ser de un color distinto al que tienen de fondo, para que resalten.
Hay modelos poco arriesgados, con superficies regulares de suaves curvas o líneas rectas que pueden irle bien a cualquier pared de cualquier ambiente. Pero las que realmente llaman nuestra atención son aquellas atrevidas, las protagonistas del espacio.
Ésta tiene paneles grandes (o excelentemente bien colocados) mostrando virutas curvas que dan un aspecto muy sofisticado.
Además de usar colores muy fuertes, la primera textura no está colocada de manera regular, sino de manera que genere una composición simétrica.
Podemos jugar a combinarla con los objetos que acompañarán dicha pared. Si el tope de la cama es oscuro, quedará mejor un panel de color claro. Si habrá lámparas o decoraciones claras, el panel puede ser oscuro.
Al ser láminas de color blanco, al recibir la luz adecuada, podemos apreciar su textura en todo su esplendor.