El mimbre proviene de los árboles, de su tallo y ramas mediante lonjas cortadas longitudinalmente y así generar las láminas largas con las que se realizan los tejidos. Estos tejidos provienen de la cestería medieval, aunque se hayan puesto de moda hace unos pocos años para crear tanto muebles como lámparas y hasta tejidos para recubrir paredes o separar espacios.
Actualmente se fabrican con un marco de un material o de un tipo de mimbre más resistente, y el resto se compone de otro más flexible. Ligero y económico, es un material rústico y artesanal que combinará perfectamente con una decoración de playa o de motivos tropicales y de exterior.
Vamos a enfocarnos específicamente en las cestas tejidas. Éstas suelen durar muchos años si se tratan con cuidado, y si se barnizan o pintan, pues mucho más. Un cestón puede pasar fácilmente de una generación a la siguiente sin tener muchos cambios. Veamos cómo podemos utilizar estos objetos de técnica tan antigua en nuestro estilo de vida moderno.
Entrada, recibidor y recepción
Si nuestra idea es reflejar que nuestro entorno es natural, podemos colocarla en nuestras superficies. Una mesa del recibidor de una oficina, las mesas altas de recepción o el área donde dejar los abrigos y llaves en la entrada de nuestro hogar.

Cesta barnizada con asa, y otra con separadores donde pueden dejarse las llaves o monedas de manera organizada.
Una cesta pequeña puede estar en la entrada para depositar las llaves y siempre mantenerlas en su lugar. También pueden estar allí para recibir cartas o documentos importantes para así verlos cuando entremos o salgamos de la estancia y así recordarnos compromisos.
Sala, comedor, cocina y oficina
Una cesta decorativa de mimbre se verá bien por sí sola si queremos mantener una gran mesa o tope de cocina minimalista sin muchos adornos. Hay modelos bastante estilizados que pueden buscar, o no, imitar un estilo moderno. Pero una sencilla puede agregar el efecto que estemos buscando.
Otros pensarán que es muy aburrido tener una cestita solitaria, y de inmediato se preguntarán con qué llenar la cesta; hay quien desea darle un uso racional a todo lo que tiene en casa. Para eso podemos ponerle unas simples frutas que no necesiten mantenerse en la nevera, o se vayan a usar con prontitud, o vegetales limpios y secos.
También, y por qué no, adornos como borlas de navidad, flores o cualquier otra cosa que combine a dónde lo vayamos a poner.
Usarlas en el tope de la cocina o estantes para colocar instrumentos usados frecuentemente también es totalmente válido.
En nuestra área de trabajo en una oficina hay sitio también para las cestas de mimbre. En vez de cajas de plástico o cartón, podemos usar cestas como organizadores de documentos y carpetas y colocarlas sobre los estantes o donde se guardan los proyectos culminados. De esta manera los protegemos de manera más eficiente y el área se ve más liberada y limpia de cosas.
En una sala, podemos también colocar un cesto decorado, o aprovechar los espacios bajo los muebles y mesas, donde podemos poner repuestos de las pilas de controles remotos, discos de música y juegos, alimento para los peces… cualquier cosa que siempre suele estar puesta en cualquier parte, ahora puede tener un área de guardado propia y buscarse cuando vaya a usarse.
Baños, recámaras, clósets
Estas áreas usan las cestas con motivo de almacenamiento u orden en la mayoría de los casos.
En el baño, cerca del lavamanos, podemos tener cestas con reservas de papel de baño o pasta de dientes. Pero también podemos usarlas para exhibir las toallas limpias, perfumes o maquillaje.
No es recomendable utilizarlas para el cepillo de dientes o rasuradoras. Al ser un tejido, la humedad continua puede terminar dañando el material y necesitar un reemplazo. A menos que dentro de la cestita coloquemos un vaso transparente, donde no se traspase la humedad.
En las recámaras pueden usarse para recoger la ropa sucia, pueden tener una tapa y así ocultar los bultos que haya dentro.
Por supuesto está la opción de pensar en grande. Usar una gran cesta o cofre para guardar las sábanas limpias o apilar cestitas tejidas junto a la puerta o cama y usarla como mesa de noche o sitio dónde guardar documentos, recuerdos o ropa que no usemos a menudo.
En la parte superior del clóset podemos ordenar los edredones, carteras entre otras cosas que no utilicemos todo el tiempo dentro de las cestas grandes. Sólo hay que verificar que puedan entrar y salir con facilidad para evitar dañarlas.
Decorado
Si nos parece que por sí mismas las cestas son demasiado planas y aburridas hay maneras de hacerlas resaltar. Hay trucos decorativos sencillos que podemos aplicar.
Uno de ellos es el color. Puede ser aplicado individualmente a varias hebras de mimbre y así el color se integra al diseño del tejido. O pintarse con aerosol o brocha toda la cesta.
Otro decorado que modifica más la cesta es agregar cintas, lazos o telas. Es una buena idea si dentro de la cesta colocaremos algo delicado, como edredones. Así, aunque pueda perder firmeza con los años, no dejará trozos de material dentro de la cesta ni raspará lo que tengamos dentro.